Rebaje de las carreteras, instalación de bancos antipánicos y reubicación de los aparcamientos son las tres actuaciones que se plantean en Garachico para minimizar el riesgo ante temporales marítimos en la costa y que se plantean iniciar una vez pasado el verano, en el mes de septiembre.
Así lo anunció ayer el consejero de Transición Ecológica del Gobierno de Canarias, Mariano Hernández Zapata, durante la presentación de los resultados de la primera fase del proyecto pionero Life Garachico, cuyo objetivo es adaptar las áreas urbanas costeras de la Macaronesia ante posibles inundaciones marinas como consecuencia del cambio climático, «una realidad innegable y para la que debemos estar preparados con diferentes estrategias para poder hacerle frente», subrayó.
El consejero compareció en el muelle viejo junto al alcalde, José Heriberto González; Carla González, antropóloga social e investigadora de la Universidad de La Laguna (ULL); y Christine Bezic, ambientóloga de la empresa pública Grafan.
En ese marco, recalcó que la Villa y Puerto es un «laboratorio» para poner en marcha esta iniciativa por su elevado interés arquitectónico y cultural, su ubicación geográfica en el Atlántico, situado a los pies del volcán de arenas negras que tuvo su erupción en 1706. Todo ello hace que no pueda ganarle ni más terreno al mar ni retirarse de él y eso lo hace «vulnerable» a los embates del mar, con importantes temporales marinos que en los últimos cinco años han dejado pérdidas materiales importantes que superaron los 5 millones de euros.
Por todo ello, ha sido el lugar idóneo para poner en marcha este proyecto piloto, cuya primera fase, consistente en el mapeo, la identificación de riesgos y la consulta a la población, ha finalizado. Actualmente, se encuentra inmerso en la segunda, consistente en la implementación de medidas concretas frente a posibles inundaciones costeras entre las que destaca la puesta en marcha de un sistema de alerta temprana -ayer mismo advirtió de posibles riesgos por la noche- que se integrará en el sistema de alerta de la comunidad autónoma y permitirá evaluar cuándo puede ocurrir una inundación y en qué sectores concretos de la costa.
Todo este proceso será monitorizado y analizado para comprobar si las medidas son efectivas o es necesario algún cambio o modificación.
El alcalde hizo hincapié en la «complicación» que supone cerrar la principal avenida cuando hay un temporal marino porque es la carretera comarcal de la Isla Baja y eso requiere desviar el tráfico ligero y pesado por las calles del casco histórico, diseñadas hace más de tres siglos, y que no están preparadas para soportarlo.
A ello se suma el riesgo para las personas como consecuencia de los temporales, que se han cobrado la vida de personas, «por lo tanto, necesitamos previsión y prevención y para ello es indispensable tener información», insistió.
Carla González se refirió a la parte social del proyecto, centrado en el trabajo con los vecinos y vecinas, que tienen el conocimiento ecológico local y son quienes sufren las consecuencias de los fenómenos costeros adversos. Con ellos se exploraron las medidas de autoprotección con el objetivo de trabajar de manera coordinada con los técnicos, científicos, responsables institucionales, y el empresariado.
Tras realizar un análisis sobre la exposición y la vulnerabilidad y recoger los datos, Grafcan, socio del proyecto, ha diseñado un visor en el que se puede consultar toda la información y al que puede acceder la población para poder prepararse «lo mejor posible» frente a inundaciones «y comprender lo que podría pasar en el futuro», explicó ayer Christine Bezic. Asimismo, adelantó que se trabaja en un proyecto sobre la viabilidad del uso de Inteligencia Artificial para monitorizar eventos costeros adversos. «Es un proyecto pionero, no se sabe si saldrá o no pero sirve como punto de partida», dijo por último.
La iniciativa se exportará al Puerto de la Cruz y Praia da Vitória, en Portugal
Life Garachico es el primer proyecto aprobado en Canarias pero la idea es exportarlo a otras zonas del Archipiélago o a regiones de la Macaronesia con características similares como pueden ser el Puerto de la Cruz, también en el Norte de Tenerife, y Praia da Vitória, en Portugal. Cuenta con un presupuesto de 2,6 millones de euros financiados en un 55% por la Unión Europea. Se inició en el año 2021 con un minucioso estudio de campo y tendrá vigencia hasta 2026, «con lo cual queda un largo recorrido», sostuvo Hernández Zapata