Siete años después de ser clausuradas por la aparición de enormes grietas y la inestabilidad del terreno, las canchas del IES La Victoria de Acentejo ya están terminadas y serán inauguradas en breve.
Y no solo eso, sino que su muro ha sido decorado por artistas de lujo: los usuarios y usuarias del Centro Ocupacional del municipio dirigidos por el artista y docente Roberto Rodríguez RoRo.
Este espacio quedaba libre y el Ayuntamiento quería darle vida. Tras hablar con RoRo y presentar un proyecto de dibujo, el artista se mostró encantado de incorporar a los usuarios del Centro y que cada uno participara con sus capacidades desde donde pudiera y encontrando su lugar para que arte y deporte se unan por la inclusión.
Esa es su filosofía del arte y de la educación y así lo intenta plasmar en sus obras y proyectos, cada vez más enfocados al trabajo con jóvenes.
La iniciativa formó parte del programa navideño de la institución, que incluye actividades más dirigidas al ocio y al tiempo libre “y esta era perfecta porque complementaba la parte artística que tienen incorporada en su aprendizaje diario”, aseguró su directora, Jessica Quintero Morales.
Aunque tenían una pequeña experiencia previa en murales inclusivos porque participaron en un taller que organizó el área de Juventud en el centro cultural de La Vera, era la primera vez que pintaban uno de grandes dimensiones y que utilizaban espray.
En esta ocasión el grupo fue más reducido dado que los usuarios tenían la opción de quedarse en casa con la familia en estas dos semanas de fiesta.
RoRo los hizo sus cómplices desde el primer día. Igual que en proyectos anteriores, lo diseñó relativamente rápido puesto que tenía recursos para hacer un mural de esas características y lo envió al centro para que sus futuros colaboradores supieran qué iban a hacer y aportaran sus sugerencias con el fin de añadirlas a su dibujo.
“A mí me gusta que la persona que me contrata sepa con lo que se va a encontrar una vez terminado”, sostuvo el artista. Por esta razón prepara todo previamente, puede cambiar “alguna cosa” pero “la esencia” se conserva.
El primer paso fue fondear la pared y dibujar a mano sobre ella, “que es la parte más engorrosa”, apuntó, y cuando los usuarios llegaron el primer día empezaron a cambiar algunas cosas. Una vez que se incluyeron sus ideas y se llegó a un consenso, empezaron a pintar.
Así, imágenes de fútbol, baloncesto y atletismo se mezclan con rostros en los que no se identifica en sexo, y gestos como la V de victoria, muy utilizado en el ámbito deportivo, o símbolos como las manos unidas.
El trabajo se inició coincidiendo con las vacaciones y el jueves, tras los últimos retoques, RoRo y Carlos, su ayudante desde hace tres años, lo culminaron. “Fue un mural muy complicado por las dimensiones y el tipo de dibujo. Los chicos y chicas ayudaron, pero también les he dejado libertad y entre todos hemos descubierto que hay gente muy buena haciendo cosas y están muy metidos”, manifestó el artista.
El miércoles fue el último día que acudieron a la cancha y se vivió una jornada de fiesta. Equipados con guantes y mascarillas para evitar aspirar el olor fuerte de los esprays y mancharse, una parte del grupo se dedicó a fondear toda la parte baja del mural de color verde mientras que otra se ocupó de la parte superior, de color negro.
Las personas que integraban este último grupo fueron las más atrevidas y quienes se animaron a montarse en una grúa para poder cumplir el objetivo, una experiencia que vivieron por primera vez y que seguramente no olvidarán.
El primero en hacerlo fue kiko. No lo dudó, se puso el casco y con un gran entusiasmo se subió junto con Roberto, quien rápidamente le explicó en qué consistía su tarea.
Le siguió Joana, que saludó a sus compañeros al subir y aunque no pudo explicar su experiencia porque no se comunica, al bajar y ver su rostro, todos confirmaron que le había gustado.
Mientras tanto, Macu, Mary y Airam se concentraban en pintar cuidadosamente de verde la parte inferior de la pared supervisados en todo momento por Renato, Dany, Claudia, Idaira, Jony, Leo, “cartu” y Nazaret, sus monitores.
“A mí me encanta pintar, yo era pintora en el centro pero lo dejé para dedicarme a la jardinería, que también me encanta”, confesó Mary, quien también recalcó que “en su pueblo, La Orotava, hay jardines muy bonitos”.
Jessica y RoRo subrayaron la implicación que ha tenido el grupo con el mural. “Trabajamos la parte de sensibilización porque ellos saben que su trabajo es algo que va a quedar, van a pasar por el instituto y van a ver que están allí y que ellos han participado de esa labor”, apuntó la directora.
“A mí me gusta trabajar como si fuera un niño y ellos son adultos pero tienen la soltura para decir todo lo que se les pasa por la cabeza y se involucraron desde el primer momento, a tal punto que lo hicieron suyo y eso me encanta”, añadió el artista.
En su caso no es la primera vez que trabaja en un mural inclusivo. Casi todos sus proyectos tienen una parte educativa o social y dejar un mensaje que, directa o indirectamente, obligue a pensar un poco.
“Son divertidos, tienen ocurrencias, ha sido una experiencia muy enriquecedora. Creo que el arte tiene que educar y que enseñar y soy de la idea que todo el mundo se puede dedicar al arte y los ayuntamientos pueden apostar por la inclusión, porque al final salen proyectos y si se implica a la gente del entorno, el mural va a durar más, lo van a cuidar más y lo van a hacer suyo porque se sienten orgullosos de haber sido partícipes”, sostuvo Roberto por último.
El alumnado ya no tendrá que trasladarse al campo de fútbol
El alcalde de La Victoria de Acentejo, Juan Antonio García Abreu, espera que en breve las canchas del IES se puedan poner a disposición del alumnado, para que pueda hacer actividad física allí y no tenga que trasladarse al campo de fútbol anexo, como lo ha hecho en los últimos siete años, “sobre todo por el peligro que supone pasar una calle que es la entrada y salida al municipio”, puntualiza. El «lado positivo» de esta demora fue que permitió pintar un mural inclusivo y contar para ello con Roberto Rodríguez RoRo y los usuarios del Centro Ocupacional.